“El Peque” Schwartzman: su sorpresiva salida de MasterChef, la luna de miel con su esposa y la nueva vida que tanto añoraba
Diego “El Peque” Schwartzman se convirtió este miércoles en el tercer eliminado de MasterChef Celebrity, en Telefe. El extenista dice que no se lo esperaba y que tenía muchas ganas de seguir...
Diego “El Peque” Schwartzman se convirtió este miércoles en el tercer eliminado de MasterChef Celebrity, en Telefe. El extenista dice que no se lo esperaba y que tenía muchas ganas de seguir en el programa. “Casi nadie de los que estamos ahí sabemos cocinar, así que podía pasar cualquier cosa”, le confió a LA NACION. Además, habló de su reciente retiro del tenis, de su nuevo trabajo y los cambios de rutinas. Y también contó sobre las primeras semanas de casado con la modelo Eugenia Di Martino.
-¿Esperabas la eliminación o te sorprendió?
-Esa noche estaba un poco nervioso, pero no me lo esperaba. Muchos de los que estábamos en la gala de eliminación no cocinamos bien y me sorprendió quedar afuera porque venía haciendo las cosas bastante bien. Quizá el día de la gala fue el que peor me fue y por eso el jurado decidió la eliminación. La verdad es que la estaba pasando bien, porque cocinaba bien y porque disfrutaba ser parte del programa. Tenía ganas de quedarme.
-Eras uno de los favoritos…
-No sé si favorito o no, porque a medida que van pasando los programas hay muchos que arrancan más o menos y después van mejorando rápidamente. Y viceversa: algunos que arrancan bien y van bajando. Durante las primeras dos semanas cociné bien y la tercera me costó un poco más. Me hubiera gustado tener una oportunidad más y seguir practicando porque el mundo de la cocina me encanta. Y aprendí a cocinar, que es algo que me divierte mucho.
-¿Sabías cocinar algunos platos?
-No, no. Sabía algo de teoría y de ver videos, ir a lugares a comer. Pero de práctica nada. Casi no he cocinado. Dulce un poco sí, porque soy muy dulcero y para tratar de evitar el azúcar y las harinas, cuando competía trataba de hacer budines y galletas en casa, para acompañar con el mate. En MasterChef te dan una caja con ingredientes y hay que inventar algo. Es muy difícil porque no tenía práctica, y además pasaba muy poco tiempo en casa. En estos últimos meses que tuve más tiempo y practiqué algo, pero igual me falta hacerlo bien.
-Ahora que aprendiste algo, ¿vas a sorprender con alguna comidita rica tu mujer?
-Seguramente. Es divertido el mundo de la cocina cuando le agarrás el gustito a tomarte el tiempo de ir a hacer las compras, cocinar y preparar un plato. Está bueno y se genera un lindo ambiente en tu casa con mujer, amigos, familia. A nosotros los argentinos nos atrae el mundo de la cocina porque somos muy sociables y nos gusta juntarnos a comer y hacer sobremesa.
-¿Veías MasterChef en sus otras ediciones?
-Siempre me gustó el programa. Lo miraba mucho cuando viajaba, a veces grabado y otras en video. Era una manera de sentirme cerca de casa. Me divertían las devoluciones, los personajes que se iban generando. Y tenía también un tema de charla con mis amigos y familia que estaban acá. Durante años viajé siete meses al año y programas como MasterChef te trae a casa.
-Entonces cuando te llamaron no lo dudaste.
-No, la verdad que no. Y se generó de la nada. Me acuerdo que coincidimos con Darío Turovelzky en un partido de la selección argentina y también estaba Wanda . Me comentaron que iba a volver MasterChef a finales de año, y le dije: “Bueno, pegame el llamado, yo ya voy a estar jubilado”. Sabía que no iba a estar jugando a esa altura. Pensé que sería divertido ser parte. Y cuando empezaron a llamar a la gente, Darío me mandó un mensaje, me comunicó con la producción y ahí avanzamos.
View this post on Instagram-Fuiste el primero que plantó el deseo…
-Sí. Como dije, miraba el programa cuando extrañaba porque me acercaba a los míos. Se extraña cuando viajás tanto. También miraba mucho Bake Off.
-Este fue un año atípico para vos porque te retiraste y te casaste. ¿Cómo te cambió la rutina?
-Cambió mucho. Es muy distinta la dinámica cuando viajás. Ahora puedo pasar más tiempo en casa, programar cosas a futuro que eran inimaginables para mí. Y hablo de cosas simples, como saber que en diez días tengo un asado con amigos y puedo ir porque sé que voy a estar acá. A algunos le puede sonar un poco tonto, pero para mí es muy importante. Puedo compartir cumpleaños, fiestas, invitar gente a comer a casa, pasar los fines de semana sin andar mirando la hora o sin tener que armar una valija para irme al otro día durante dos o tres meses. Disfruté mucho, pero ya llevaba un tiempo imaginándome poder hacer esto que digo.
-No te arrepentís en absoluto.
-No, la verdad que no. Tenía un cansancio grande y mi cuerpo también me pedía parar un poco. Supe cuando parar, y no sufrir esa transición ni los últimos años de la carrera con lesiones, con malos rendimientos. Creo que, en ese sentido, supe frenar a tiempo.
-¿Y cómo son estas primeras semanas de casados?
-En plena luna de miel, por así decirlo. Disfrutando. Lo bueno, como decimos con Euge, es que no cambió nada. Veníamos bien, disfrutamos mucho con amigos de la fiesta y ahora seguimos de la misma manera. Ya convivíamos desde el 2020; lo decidimos en pandemia. Y nos quedamos viviendo juntos. Además, me acompañaba en muchos viajes y era una convivencia en el exterior que trasladamos a la Argentina.
-¿Y ahora qué?
-Hace un año que estoy dos veces por semana en la radio con Andy Kusnetzoff en Perros de la calle, y sigo con eso porque me encanta, la paso bien y me ayuda a armarme una rutina. Y además trabajo para uno de los cuatro Grand Slams, el de Australia. Me contrataron a principio de este año para ser un nexo entre la dirigencia y los jugadores. Y soy el intermediario en la toma de decisiones y en ideas para que los jugadores estén cada vez en mejores condiciones. Viajo diez semanas al año a los torneos para juntarme con los jugadores y con gente del mundo del tenis.
-Seguís ligado al tenis.
-Es muy bueno el laburo que me ofrecieron para seguir ligado al tenis y con una compañía muy grande, que es un Grand Slam. En enero tengo que viajar a Australia.
-Y ya no tenés la misma presión, ¿o sí?
-Viajo desde otro lugar, pero al mismo tiempo hay una presión constante en el sentido de que los jugadores siempre queremos mejores condiciones, mejores pagos y un montón de cosas que están surgiendo a nivel global en el tenis, en esta época de modernización de todo. Y a mí me toca hacer un nexo, representarlos y defender al torneo, y también intentar que los jugadores estén cada vez mejor. Con este rol a veces quedo en el medio de dos situaciones que hay que saber manejar, pero para eso me contrataron; tengo muy buena relación con muchos de los jugadores y hay que entender las dos partes. Ahora que dejé de jugar puedo entender un poco más la parte de los torneos, de cómo se hacen, cómo se generan.
View this post on Instagram-Volviendo a MasterChef, ¿a quién vas a extrañar y a quién no?
-Voy a extrañar a todos porque se armó un grupo muy divertido, muy buena onda. Hay gente de rubros completamente distintos, no nos habíamos visto en nuestras vidas y había un lindo ambiente. Nadie sabe cocinar mucho mejor que el otro, entonces todos nos ayudábamos. Y los jurados están muy bien. Al único que conocía de antes era a (Damián) Betular, que hizo la torta del casamiento y quedó espectacular. Y en la eliminación dijo palabras muy lindas. Cada uno tiene su rol, su personaje, y lo hacen muy bien, intentan enseñarte a que cocines mejor. Vengo de un rubro totalmente distinto, y no me imaginaba una producción tan grande. Eso me sorprendió.
-¿Quién te gustaría que gane?
-Es muy difícil saber quién tiene chances porque son muchos personajes este año. Emilia y Eva cocinan muy bien los platos vegetarianos, que son mucho más sofisticados. Creo que tienen una ventaja por ese lado. Y el resto va a mejorar con la práctica.