Lo último Escuchar artículo

Pluribus: el creador de Breaking Bad regresa con un logrado elogio a la resistencia y la libertad individual

Pluribus (EE.UU./2025). Creada por: Vince Gilligan. Dirección y guion: Vince Gilligan. Fotografía: Marshall Adams. Montaje: Skip Macdonald. Música: Dave Porter. Elenco: Rhea Seehorn, Carolina Wy...

Pluribus: el creador de Breaking Bad regresa con un logrado elogio a la resistencia y la libertad individual

Pluribus (EE.UU./2025). Creada por: Vince Gilligan. Dirección y guion: Vince Gilligan. Fotografía: Marshall Adams. Montaje: Skip Macdonald. Música: Dave Porter. Elenco: Rhea Seehorn, Carolina Wy...

Pluribus (EE.UU./2025). Creada por: Vince Gilligan. Dirección y guion: Vince Gilligan. Fotografía: Marshall Adams. Montaje: Skip Macdonald. Música: Dave Porter. Elenco: Rhea Seehorn, Carolina Wydra, Carlos Manuel Vesga y Miriam Shor. Disponible en: Apple TV. Nuestra opinión: Muy buena.

El showrunner Vince Gilligan fue uno de los arquitectos de la llamada “nueva era dorada de la tv” con su venerada serie Breaking Bad y, luego, su no menos celebrado spin off Better Call Saul. Antes de estos programas que lo volvieron un nombre reconocible, Gilligan ya había hecho una contribución notable a la causa de la televisión con una treintena de guiones para Los Expedientes Secretos X, una de las primeras series que demostró que la ficción televisiva podía ser algo más que la segunda marca del cine.

Pluribus, su nueva creación, demuestra una mayor afinidad con ese trabajo temprano y la realidad anómala que habitaban los agentes del FBI Mulder y Scully: también es una historia de ciencia ficción, aunque esta presenta de entrada un evento insospechado que altera completamente al mundo. Revelarlo disminuiría el impacto del comienzo pero, al mismo tiempo, es algo tan constitutivo de cada interacción de los personajes que no mencionarlo haría incomprensible la reseña. No hay duda de que es mejor llegar al primer episodio sin saber nada, pero no se puede escribir sobre la serie sin decir eso que es mejor no saber. Cada uno decidirá si continuar leyendo o no.

El relato comienza con la recepción en un observatorio astronómico de una señal de radio proveniente de la constelación Cygnus. Rápidamente se descubre que se trata de la descripción de una secuencia de ARN. Acto seguido, un laboratorio gubernamental ya la está elaborando e inoculando ratones con ella. Aunque la biología de los roedores parece indiferente al nucleótido alienígena, cuando un técnico se infecta por error cae inmediatamente en un breve trance y, al despertar, besa en la boca a la persona más cercana, quien a su vez repite esta conducta compulsiva. En minutos, todo el personal del laboratorio está contagiado y, de modo robótico y coordinado, se pone a preparar muestras de su saliva para ser despachadas.

Mientras tanto, la novelista Carol Sturka (Rhea Seehorn), que acaba de presentar en una librería su nuevo best-seller romántico, toma un trago en un bar junto a su manager y amante Helen (Miriam Shor) al tiempo que ventila su frustración por los libros que escribe y su desprecio por quienes los leen. Cuando sale a la calle, nota con sorpresa que todos a su alrededor parecen estar sufriendo una crisis convulsiva, incluida su pareja. Al volver en sí, estos desconocidos le hablan al unísono y saben su nombre. Carol huye aterrada. Ya en su casa, la televisión tiene un solo canal activo en el que un funcionario parece a punto de hablar al país. El hombre en la pantalla, sin embargo, se dirige exclusivamente a ella, le dice que era el subsecretario de agricultura (el presidente está muerto) y le explica qué sucede: no, no se trata de una invasión extraterrestre.

El código genético enviado desde el espacio produjo un virus que fusionó todas las conciencias humanas en una. La humanidad tiene ahora una única mente colectiva: lo que sabe uno lo saben todos, desde volar un avión hasta practicar una neurocirugía. Hablar con una persona es hablar con todas. Los más de 7000 millones de humanos que sobrevivieron a la unificación forman el único “yo” del planeta, o casi. Por alguna razón desconocida, Carol (junto a otros once en todo el mundo) es inmune al virus y retiene su individualidad. Sin embargo, están trabajando para solucionarlo. La unión de todos en uno es algo maravilloso y ellos solo quieren que Carol sea feliz.

Este planteo bien podría ser un episodio de La dimensión desconocida aunque, como la serie misma reconoce, abreva más directamente en La invasión de los ladrones de cuerpos, el clásico de la ciencia ficción de la Guerra Fría dirigido por Don Siegel en 1956 que ya tuvo tres remakes en el cine. En esa película, unas esporas llegadas del espacio pueden convertirse en dobles idénticos de los humanos, aunque tienen una mentalidad de colmena y la finalidad de dominar el mundo. Durante los años del ascenso soviético, la alegoría paranoica y anticolectivista era clara: cualquier vecino podía ser un comunista al servicio del Kremlin.

En la actualidad, la serie no parece advertir contra el colectivismo socialista, sino que alude a otros colectivos recientes que esparcen su propio tipo de uniformidad. Aunque estos pretenden bregar por la diversidad, ésta suele ser de géneros o razas, nunca de ideas, ya que consideran que sus causas son tan nobles e incuestionables que ante ellas solo puede existir consenso. La serie, en cambio, encara la defensa de ese invento de la Ilustración que transformó al mundo y le dio su período de mayor desarrollo intelectual y prosperidad: el individuo. Aunque la mentalidad colectiva generada por el virus parece enteramente benévola -tal como los cultos religiosos parecen benévolos- y creó una suerte de utopía sin violencia, crimen, racismo o sexismo, Carol no está dispuesta a integrarse y defiende su derecho natural a la misantropía, la ira, la oposición y el mal humor. Hay un valor superior a la igualdad en la diferencia, el disenso y la libertad individual, ¿o no?

La serie se permite este debate con razonamientos ingeniosos y consistentes como los que tendría una persona real ante el dilema, a diferencia de los que suelen tener los personajes en la ficción más enfocados en las conveniencias de la trama que en la solidez de la argumentación. Carol se hace las mismas preguntas que nos hacemos los espectadores, algo que es mucho menos habitual de lo que debería. La serie tiene un grado de osadía inesperado, no porque sea particularmente violenta, amoral o cruel -que es tal como se entiende el contenido “arriesgado” hoy-, sino porque se entrega periódicamente a diálogos filosóficos sobre las características de la conciencia, la subjetividad o la libertad en las nuevas circunstancias del género humano, aunque siempre matizadas por el humor que trae la perpetua irritabilidad e insubordinación de la protagonista. Por otro lado, debe moverse dentro de las estrechas coordenadas que rigen este mundo tan distinto al nuestro, con reglas tan particulares, sin volverse lenta o reiterativa y hay que decir que lo hace a sus anchas, al menos durante los capítulos iniciales (la temporada tiene 9 y ya se cerró una segunda).

El título “Pluribus” es significativo para los espectadores norteamericanos porque forma parte del lema que está en el escudo nacional y en el reverso de todas las monedas: “E pluribus unum” (“De muchos, uno”) que da a entender como muchos credos, razas, estados o individuos se integran para formar un país. En la actualidad, los Estados Unidos están tan divididos políticamente como la Argentina. El presidente es un millonario conservador nacionalista y acaban de elegir como alcalde de Nueva York a un musulmán progresista nacido en Uganda. La negación irreductible de la protagonista a integrarse a la mente colectiva parece ser un eco de este estado de cosas: no todo es compatible. La serie es un elogio de la resistencia y se hace una pregunta que también es válida para nosotros: ¿debemos cerrar la grieta en nombre de la unidad sin que importe quién esté del otro lado?

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/series-de-tv/pluribus-el-creador-de-breaking-bad-regresa-con-un-logrado-elogio-a-la-resistencia-y-la-libertad-nid11112025/

Comentarios
Volver arriba