Lo último Escuchar artículo

Charlotte Caniggia: cómo es ser una chica Playboy, por qué no le gustan las redes y sus planes de casamiento

“Ahora estoy en otra etapa, como buscando otras cosas en mi vida”, dice Charlotte Caniggia en este mano a mano con LA NACION. A sus 32 años, la hija de Mariana Nannis y Claudio Paul Caniggia t...

Charlotte Caniggia: cómo es ser una chica Playboy, por qué no le gustan las redes y sus planes de casamiento

“Ahora estoy en otra etapa, como buscando otras cosas en mi vida”, dice Charlotte Caniggia en este mano a mano con LA NACION. A sus 32 años, la hija de Mariana Nannis y Claudio Paul Caniggia t...

“Ahora estoy en otra etapa, como buscando otras cosas en mi vida”, dice Charlotte Caniggia en este mano a mano con LA NACION. A sus 32 años, la hija de Mariana Nannis y Claudio Paul Caniggia trabaja, convive con su novio de hace seis años y ya casi no sale de noche. “Me gusta ganar mi propio dinero. Soy una mujer independiente, aunque la gente crea que mis papás me dan guita”, advierte quien se muestra muy distinta de aquel personaje que debutó en el Bailando por un sueño allá por 2012.

“Quizás yo mostraba una imagen distinta al principio porque uno tiene que crear también un poco un personaje”, confiesa sobre esa rubia “que se hacía la tonta” y a la que le gustaba el champagne.

Charlotte Caniggia: cómo es ser una chica Playboy, por qué no le gustan las redes sociales y sus planes de casamiento

“Ahora disfruto de planes más tranquilos. Me gusta ir al cine, ir a cenar, leer un libro. Me gustan mis momentos de silencio, lugares tranquilos donde no hay mucha gente”, asegura sobre esta nueva versión de sí misma. Madrugadora, obsesiva por la limpieza y con muchos proyectos laborales en mente, esta experta en realities (pasó por más de 20) sueña con conducir, hacer un infantil y casarse.

-Este año te agarró con mucho trabajo... Estás haciendo streaming y Polémica en el bar.

-Nunca levanté la pala tanto en mi vida (risas). Este año me fue muy bien. También estoy en una plataforma hot.

-¿Sos una chica Playboy?

-Sí, hicimos unas fotos tremendas con un equipo increíble. La verdad fue muy lindo trabajar con ellos.

-¿Cómo surge este llamado?

-Me llamaron, me llama mucha gente en realidad. Era buena guita, me gustó la propuesta y dije: “Vamos para allá”.

-¿Qué condiciones ponés a la hora de hacer una plataforma como esta? ¿No mostrar tanto? ¿Lo hablás con tu pareja?

-No puse restricciones porque yo estoy cómoda con mi cuerpo. No me da vergüenza. Y mi novio acepta todo lo que yo haga; él me acepta tal como soy. No hay ninguna red flag por acá (risas). No es celoso y sabe que es mi trabajo. He hecho otras producciones, pero Playboy es la primera vez. ¡Siempre quise ser una chica Playboy! Yo seguía mucho a Pamela Anderson, a Carmen Electra, que me sigue en Instagram y la amo. También estoy en otra plataforma llamada Hot Go y ahí puede suscribirse la gente y ver mi contenido.

-¿Cómo es ese contenido?

-Yo hago una producción y ellos me arman todo el contenido. Son como ocho cambios de lencería. Ellos se ocupan de todo y yo solo tengo que subir lo que ellos me pidan. Fue increíble. Es una superproducción muy cuidada. Fue un placer trabajar con ellos y muy cómodo, lo pasé muy bien. Además, es un trabajo divertido. Y la platita re bien... (risas). Es más, quiero una segunda propuesta. Hacer fotos un poco más jugadas.

-¿Te importa mucho el dinero en tu vida?

-La plata ayuda, obvio. Pero más que la plata es estar con tu mente ocupada. Me gusta trabajar y ganar mi propio dinero. Soy una mujer independiente aunque la gente crea que mis papás me dan guita. Es algo que hago desde los 20. Vine re chiquita, me metí en la tele, teatro; hice de todo en mi vida. Ahora ya tengo 32.

-¿Qué fue lo primero que te compraste con tu propia plata?

-Me acuerdo que me fui a Suiza, me pagué todo y mis papás me querían bajar el viaje. Los llamé y les dije: “Ni se les ocurra, me estoy pagando yo todo. Ustedes no tienen derecho a bajarme ningún viaje”. Y me fui y se callaron, pero compraba muchas pavadas. Antes no era de ahorrar, muchos años estuve en la boludez, pero ahora soy una persona independiente y responsable. Trato de ahorrar lo más que puedo.

-¿Qué es lo que más te gusta comprarte?

-¡Pavadas! Amo las bolu-compras: perfumes, ropa, carteras. Yo necesito todo. Me gusta también ir al supermercado y limpiar, así que compro muchos productos de limpieza.

-¿Qué te dice la gente? ¿Te piden muchas fotos?

-No, son súper respetuosos. Por donde vivo, la gente es tranquila, no molesta. Quizá te saludan, pero nada más.

-¿Cómo es un día en tu vida?

-Me levanto a las 8, soy muy madrugadora. Solo soy bella durmiente los fines de semana (risas). Hago yoga tres veces por semana. Eso me calma, me relaja. Estuve en un reality en Nepal y fuimos a la India. Visitamos templos, conocimos las enseñanzas budistas, qué hacen para estar mejor y me gusta toda esa onda hippie. Entonces empecé a practicar el yoga y me encanta. Antes salía de joda, era más del champagne pero ahora estoy más tranquilita.

-Y después..

-Después desayuno (trato de comer sano) y me voy al streaming. Hago Que tupé y me encanta. El año pasado iba a entrar a Luzu, al programa de Nico Occhiato, pero no se dio. También, me hubiese encantado Olga con Migue, ellos son como los más virales. ¡Migue, te estoy esperando!

-¿Qué te gusta de cada uno?

-Son los dos muy simpáticos, muy graciosos. Me sentí muy cómoda cuando fui como invitada; fue como una charla de amigos.

-Y en este streaming que estás haciendo, ¿vos te llevás los temas?

-Estoy con Enzo (Aguilar), que es mi amigo. Me llevo muy bien, es muy cálido. Los temas los prepara la producción, tenemos todo un equipo.

-Sigamos con tu día... Terminás el streaming y ¿te volvés a tu casa?

-Vuelvo a casa y me relajo un poco porque hay que relajarse en la vida; no todo es trabajar. Hago faciales, me baño dos veces por día porque yo soy muy pulcra; me da asco estar sucia. Prendo sahumerios. Después veo qué me pongo; me cambio 80 veces antes de salir de casa y arranco para el canal a Polémica...

-¿Cómo es la experiencia de Polémica en el bar este año?

-Está muy bueno porque hablan de diferentes temas. A veces hay política (ahí trato de no meterme mucho), pero me gusta. Iúdica es muy copado, me dan un espacio, son muy buena onda conmigo. Hay un grupo de WhatsApp, en donde van mandando los temas que van a tocar, así que leo un poquito antes de ir.

-¿Cómo te llevás con los grupos de WhatsApp?

-¡Los odio! Odio los grupos de WhatsApp. Que hablen mucho me jode... Los silencio y los archivo. A mí me estresa el celular, no me gusta la tecnología, no soy fanática de las redes sociales. Siento que hay demasiada información para los jóvenes.

-Pero a vos te gusta subir cosas...

-Bueno, trabajo de esto, pero en un futuro no voy a seguir con todo esto.

-¿Tenés alguna cuenta secundaria en Instagram como Pampita?

-No, no tengo ninguna cuenta secundaria porque siento que eso lo hace la gente que quiere chusmear. TikTok no me gusta, hay demasiada información y eso me da como ansiedad o me agobia un montón. Entonces trato de ver algunas cositas y soltar el celular. Cuando viajo no toco el celular. No suelo subir nada, no soy de esas que sube todo lo que hace. Uno puede ser público, pero reservarse algunas cosas, creo que no es por ahí la vida. Como que está muy naturalizado mostrar todo y para mí eso no está bien. Es raro.

-Hiciste muchos realities, no solamente en la Argentina sino también en distintas partes del mundo... ¿Por qué creés que te quieren de participante?

-Hice más de 20. Yo creo que tengo una personalidad muy distinta: soy alegre, cálida, no soy agrandada, soy una persona humilde, honesta. Me visto un poco rara. Creo que les gusta eso de mí. Por eso la gente siempre me tira buena onda. La verdad es que no tengo mucho hate. Por ahí alguna te critica, pero la mayoría me tira muy buenos comentarios.

-El medio también habla bien de vos...

-Sí, costó unos años, pero ahora estamos bien. Cuando llegué, yo no quería hablar con la prensa. No entendía por qué me perseguían, cómo mis papás eran tan conocidos. Mis papás no me hacían ver como que eran famosos y al principio, cuando vine al Bailando..., no la pasé bien. Me criticaban y se metían conmigo, me criticaban el físico hasta que un día dije: “Basta...”. Quizás yo mostraba una imagen distinta al principio porque uno tiene que crear también un poco un personaje: era la rubia, que se hace la tonta y le gusta el champagne y a la gente le encanta todo eso.

-¿Creés que te juzgaron?

-Sí, yo creo que sí, pero siento que ahora me conocen un poco más.

-¿Leés mucho lo que se dice sobre vos?

-Sí, leo todo. Me gusta ver qué dice la gente, qué piensa. Mi novio me dice: “No estés mirando todo lo que te ponen, ya fue” porque a mí me enoja. Yo bloqueo igual, no soy de contestar ni nada.

-¿Hacés terapia?

-Hago otros tipos de terapias. No me gusta ir al psicólogo, me gusta más tipo constelar, alinearme los chakras, todas cosas con la energía. También leo libros de autoayuda. Me gusta más eso que hablar de los problemas. Mi libro favorito (El poder) habla de la ley de atracción y dice que no hay que hablar sobre los problemas porque más problemas van a aparecer y yo soy como fiel creyente de ese libro. Como que todo lo que uno piensa, lo manifiesta y lo atrae a su vida. Entonces, si yo estoy todo el día hablando de lo que me pasó y de mis problemas, en vez de sanar eso y seguir con mi vida positiva, sigo enroscada. Creo que no es por ahí.

-¿Quién te ayudó a encontrar ese camino?

-Mi papá leía algunos libros de autoayuda y me dio por eso. Mi primer libro fue El secreto. Creo que estos libros los debería leer todo el mundo, te ayudan un montón.

-¿Te considerás una mujer feliz?

-Trato de ser feliz. Uno es humano, puede estar triste por cosas. Tenemos altibajos, podemos estar bien y otro día mal; es parte de la vida también. No podemos estar todo el día felices, pero también trato de mostrar felicidad y una imagen positiva porque me gustaría que la gente también pueda ver ese lado.

-¿Tu pareja tuvo que ver con esta Charlotte de hoy?

-Él me acompaña mucho, pero uno va creciendo, va aprendiendo cosas, va cambiando. Siento que a los 32 cambiás con tus amigos, con tus parejas.

-¿Cómo llegó Robert a tu vida?

-Me lo presentó mi manager. Un día fuimos a cenar y me gustó. Yo venía sola hace un mes, pero me encanta estar de novia. Y bueno, lo conocí y me gustó. Es un chico interesante, inteligente, no es baboso, es súper respetuoso y compañero. Es más, cuando lo conozco justo me hago una lipo (estaba toda fajada) y él venía a mi casa y me cuidaba, me traía comida. Me cuidó desde un principio. Es muy compañero.

-¿Hace cuánto están juntos?

-Seis años, un montón. Nos pusimos de novios y al tiempito nos fuimos a convivir.

-¿Qué cosas hacés en tu casa?

-Limpio, ¡me encanta limpiar! Disfruto de ver que está todo prolijo, ordenado, limpio. Yo ya había convivido y Robert también, pero esta es mi primera convivencia seria. Él es muy prolijo y ordenado también. Somos muy similares. Él cocina, yo limpio; somos como un equipo. Tratamos de no tener cruces y no nos peleamos porque sabemos lo que nos molesta. O sea, “no dejes la toalla mojada arriba de la cama”.

-¿Sos de hacerle regalos?

-No tanto. Hace poco cuando fuimos a México yo pagué toda la estadía. Eso fue un buen regalo. A veces me gusta elegirle la ropa (porque los hombres no combinan bien) y él me hace caso.

-¿Es verdad que te vas a casar?

-Estamos en eso. Está en nuestros planes obvio, pero no ya. Teníamos un par de ideas: queríamos ir a casarnos a Mendoza a una bodega, poca gente; algo muy tranquilo. Ni loca citaría a la prensa, subiría un par de fotos a mis redes pero nada más; no soy ese tipo de famosa.

-¿Y por iglesia te gustaría?

-Me encantaría, pero no estoy bautizada. Tendría que bautizarme pero me da un poco de vergüenza. Igual viste que ahora hay como distintos tipos de casamiento: puede ser más hippie o en una playa...

-¿Qué otros planes hay para el año próximo?

-Tengo muchos planes, pero no se pueden contar. Los planes hasta que no salen no se pueden contar porque existe el mal de ojo, los celos, la envidia y si llega a oídos de otras personas, el plan se te cae. Mejor callada.

-¿Te llamaron para hacer teatro?

-No, todavía no. Me gustaría hacer un infantil. Me re copan los nenes.

-¿Y actuar?

-No, yo actúo muy mal. Veo muchas que actúan mal y se hacen las actrices (no voy a dar nombres), pero son patéticas. Y digo: “¿no tienen madre, no tienen amigas?”. Hay varias en el ambiente. Yo sé que actúo mal entonces no lo hago. Tampoco me gustaría ser actriz. Me gustaría quizás ser conductora en el futuro.

-¿De qué tipo de programa?

-De un reality, me gustaría. O entrevistar a famosos, hacer entrevistas sobre su vida personal como hace Susana.

-¿Volverías a estar en un reality como participante?

-Sí, para mí no es un trabajo, para mí es una diversión. Lo disfruto mucho. Me gusta hacer amigos, conocer gente nueva. Por ejemplo, yo sigo en contacto con un montón de chicas de Acapulco Shore, que lo hice en México, y en España también hice un grupo de amigos; nos damos likes. Tenemos buena onda.

-¿Qué reality te gustaría hacer que nunca te propusieron?

-Me encantan los que tenés que irte a algún lugar. Por ejemplo, el de Nepal me encantó. Fue ir un mes y ver las costumbres, cómo vive esa gente. Fue una experiencia linda porque después agradecés todo lo que tenés el doble. Además, ves como la gente es tan feliz con tan poco.

-¿Y volver a hacer uno con tu hermano? Porque son una dupla explosiva...

-A la gente le gusta, así que ¡¿por qué no?! Siempre hay propuestas y nos encanta. Que el universo haga lo que quiera hacer con nosotros.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/charlotte-caniggia-como-es-ser-una-chica-playboy-por-que-no-le-gustan-las-redes-y-sus-planes-de-nid22112025/

Comentarios
Volver arriba