El consumo excesivo de vitamina A preformada (retinol) puede causar daños graves al organismo. El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) advierte que superar los 3000 microgramos diarios en adultos puede provocar efectos tóxicos. Las autoridades sanitarias recomiendan mantener un consumo equilibrado y evitar la automedicación con suplementos vitamínicos.
Qué ocurre si se toma demasiada vitamina AEl NIH explica que ingerir altas dosis de vitamina A preformada —presente en suplementos, medicamentos o alimentos de origen animal— puede provocar dolor de cabeza intenso, visión borrosa, mareos, náuseas y pérdida de coordinación. En situaciones extremas, el exceso puede causar coma o incluso la muerte.
Durante el embarazo, la sobredosis representa un riesgo particular: puede producir malformaciones en el bebé, como alteraciones en los ojos, el cráneo, los pulmones o el corazón.
El organismo aclara que la toxicidad no se asocia con los carotenoides de origen vegetal, compuestos como el betacaroteno que el cuerpo transforma gradualmente en vitamina A. Ingerirlo en exceso puede dar un tono amarillento a la piel, un efecto inofensivo y reversible.
Cuánto es demasiado: los niveles máximos diarios de vitamina ALos límites máximos recomendados por el NIH contemplan la vitamina A obtenida de alimentos, bebidas y suplementos. En los primeros meses de vida, las necesidades son reducidas: los lactantes de hasta seis meses requieren 400 microgramos de equivalentes de actividad de retinol (mcg RAE, por sus siglas en inglés) diarios, y entre los siete y doce meses, la cifra se eleva a 500 mcg RAE.
Durante la primera infancia, el consumo adecuado ronda los 300 mcg RAE entre uno y tres años, y 400 mcg RAE entre los cuatro y ocho años. En la niñez tardía, el requerimiento sube a 600 mcg RAE para quienes tienen entre nueve y trece años.En la adolescencia, los varones necesitan 900 mcg RAE y las mujeres, 700 mcg RAE. En la adultez, los valores se mantienen: 900 mcg RAE para hombres y 700 mcg RAE para mujeres.Durante el embarazo, las necesidades aumentan a 770 mcg RAE diarios, y en el período de lactancia alcanzan los 1300 mcg RAE, debido a la mayor demanda nutricional del organismo.
Estas cifras no aplican a personas bajo tratamiento médico con vitamina A. Además, no hay límites establecidos para el betacaroteno ni otros carotenoides de origen vegetal.
¿Qué alimentos aportan vitamina A?La vitamina A se encuentra en dos formas principales en la comida. La preformada está presente en alimentos de origen animal como el hígado, el pescado, los huevos y los lácteos.
Los carotenoides provitamina A, en cambio, se encuentran en vegetales verdes, naranjas y amarillos, como la espinaca, la zanahoria, la batata, el zapallo, el mango y el durazno. El organismo convierte estos últimos pigmentos en el nutriente de manera gradual, lo que evita riesgos de intoxicación.
¿Cuándo se necesita suplementar?Según el NIH, la deficiencia de vitamina A es poco común en Estados Unidos, pero persiste en países con altos niveles de malnutrición infantil.
Los grupos más propensos a sufrir déficit son los bebés prematuros, las embarazadas y las mujeres en lactancia. También pueden presentar carencia quienes padecen fibrosis quística, celiaquía o enfermedad de Crohn, debido a que estos trastornos dificultan la absorción de grasas y nutrientes.
Las interacciones de los suplementos con medicamentosEl consumo de suplementos de vitamina A puede afectar la acción de ciertos tratamientos. Por ejemplo, el orlistat, recetado para controlar el peso, disminuye la absorción intestinal de esta vitamina y reduce su efecto.
A su vez, otros fármacos basados en derivados de la vitamina A, como acitretina —usada contra la psoriasis— y bexaroteno, indicado para el linfoma cutáneo, pueden provocar un aumento excesivo de su concentración en sangre al combinarse con suplementos. Por ello, el NIH aconseja consultar al médico o al farmacéutico antes de sumar productos vitamínicos, sobre todo cuando se siguen otros regímenes médicos.