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Tijera en mano: el secreto primaveral para que tus aromáticas exploten de esencias

Cada primavera, las aromáticas se preparan para su gran momento: brotan, se expanden y llenan el aire de perfume. Pero para que esa explosión de vida ocurra en su mejor versión, necesitan un peq...

Tijera en mano: el secreto primaveral para que tus aromáticas exploten de esencias

Cada primavera, las aromáticas se preparan para su gran momento: brotan, se expanden y llenan el aire de perfume. Pero para que esa explosión de vida ocurra en su mejor versión, necesitan un peq...

Cada primavera, las aromáticas se preparan para su gran momento: brotan, se expanden y llenan el aire de perfume. Pero para que esa explosión de vida ocurra en su mejor versión, necesitan un pequeño guiño humano.

La poda de formación es ese punto de inflexión entre una planta que simplemente sobrevive y otra que crece vigorosa, equilibrada y repleta de aromas.

“Podar al inicio de la primavera no es solo cuestión de estética”, explica Álvaro Lamas, especialista en cultivo y manejo de especies aromáticas.

“Es una práctica que determina la salud, la productividad y hasta la fragancia de las plantas perennes. Una poda bien hecha las fortalece, las mantiene aireadas y estimula su brotación”, agrega Lamas.

La explicación responde a una fórmula tan simple como poderosa: cada corte es una invitación a crecer. Al recortar los brotes jóvenes, la planta responde multiplicando sus ramificaciones. Lo que antes era un tallo solitario se convierte en una estructura más compacta, densa y atractiva, ideal tanto para un cantero decorativo como para una maceta en la cocina.

Además, esa arquitectura más abierta permite que la luz del sol llegue a cada rincón y que el aire circule con fluidez. De esa manera, se reduce notablemente el riesgo de hongos y plagas, algo especialmente importante en especies como romero, tomillo o salvia, que tienden a compactarse demasiado si no se las poda.

Lamas recomienda aprovechar este momento para retirar las ramas secas, quebradas o enfermas. “Es la mejor forma de prevenir problemas sanitarios y ayudar a que la planta concentre su energía en los brotes nuevos”, señala. “Una planta bien formada, además, se vuelve mucho más fácil de cosechar”.

La cosecha escalonada

Y esa cosecha tiene su propio secreto: la recolección escalonada. Algunas aromáticas —como el perejil, el cilantro o la menta— pueden comenzar a cortarse apenas unas semanas después de la siembra o el trasplante. Pero hay que hacerlo con criterio: nunca más de un tercio de la planta por vez, para no debilitarla y permitir que se regenere.

La poda también tiene efectos directos sobre la floración. En especies leñosas como el romero o la salvia, retirar los brotes viejos al inicio de la primavera estimula que las flores aparezcan más rápido y en mayor cantidad. Esto no solo es un atractivo visual: también atrae polinizadores al jardín y potencia la biodiversidad.

Otro beneficio clave de la poda es el mejor aprovechamiento culinario. Al concentrar la energía de la planta en brotes nuevos, las hojas se vuelven más tiernas, aromáticas y sabrosas. Esto es especialmente importante en hierbas como albahaca, orégano o tomillo, cuyas hojas tiernas son las más valoradas en cocina.

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Para quienes trabajan con macetas o jardines urbanos, la poda es también una herramienta de diseño: “Una planta bien formada, compacta y aireada no solo rinde más, sino que se integra mejor en el espacio”, asegura Lamas.

Se pueden crear composiciones atractivas de distintos tamaños, alturas y aromas, convirtiendo un balcón o terraza en un mini jardín sensorial.

Lamas añade que la poda temprana ayuda a prevenir problemas futuros. La exposición al sol y al aire evita la humedad excesiva que provoca hongos, mientras que la eliminación de ramas enfermas reduce el riesgo de plagas.

El cuidado de aromáticas no termina con la poda. La observación constante y la cosecha escalonada permiten una relación casi diaria con la planta, fomentando un ciclo donde la producción y la estética se retroalimentan. La menta se renueva con cada corte, el cilantro prolonga su vida útil en el jardín y el perejil multiplica su follaje si se cosecha correctamente.

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Un pequeño corte, hecho en el momento justo, puede transformar el jardín. Macetas llenas, fragancia en el aire, plantas vigorosas y listas para la cocina: esa es la recompensa de la poda de primavera.

“En jardinería, la poda es un acto de confianza —resume Lamas—. Cortamos para que la planta renazca más fuerte. Es un diálogo con la naturaleza, donde la respuesta siempre llega en forma de verde nuevo y aroma fresco”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-jardin/tijera-en-mano-el-secreto-primaveral-para-que-tus-aromaticas-exploten-de-esencias-nid22112025/

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